13 mayo 2006

TUMBAS VIVAS

Camino rojo, la humedad pegada en el cielo azul y crees que estas en cualquier parte del caribe latinoamericano, es Haití, la mitad de una isla extraída del corazón de África. El lugar que dejo de lado la espada y la cruz, donde la negritud solo fue salpicada por un tímido mestizaje. Famoso por su pobreza, su miseria, su inestabilidad política, y fuerzas de ocupación militar pacificas con la bala en la recamara.

No es Puerto Príncipe (capital de Haití), es Haití afuera, en la montaña, todo es montaña árida manchada por cuadros verdes de baja producción, es otro Haití. Los haitianos son los mismos pero están sometidos a otro ritmo, ¡su ritmo!, y para los haitianos un pueblo de raíces y medula afro, el cuento del ritmo es vital. En el campo, en la montaña, sacan sus colores bajo la tierra, y su cultura alcanza la contundencia que hace de esta media isla un país paradigmático.

Estas en cualquier lugar rural, aparecen las tumbas, escuetos cementerios, junto al camino, o series de tumbas junto a la casa pequeña, rudimentaria, asimétrica, temblorosa del próximo ciclón. Llama la atención que prácticamente ninguna posee una cruz, una estrella o una media luna, construcciones sólidas, la mayoría bien cuidada, de piedra, o concreto pintado de verde agua, blanco o rosado. El contraste entre un mausoleo y un bohío campesino a mal traer, no pasa desapercibido, mas si los habitantes y constructores de la casa y la tumba , son larguiduchas personas negras, con abdomen inflado de parásitos, ojos pálidos amarillos, que su frecuencia de alimentación no es segura y constante. Es inevitable, que pasen los pensamientos, los porque; porque si tienen tan poco, construyen grandes tumbas, porque las tumbas son mejores que las casas donde viven, porque tantas, porque sin cruz en un pueblo eminentemente católico, porque a la orilla del camino, sin rejas sin entradas, porque encabezando el terreno de cultivo, porque tan presentes. Los inevitables porque, son parte de nuestro occidentalismo científico, medular en nuestro método de búsqueda, pero solo nos permiten explicar parcialmente entender sin comprender, otros modelos, complejos símbolos de otra cultura desarraigada y pegada con goma a Latinoamérica.

La tradición de las tumbas entre los vivos, no es entendible en tres palabras, pero si uno se acerca si lo ve como un símbolo, en el país del Vodu, donde lo bueno y malo se diluye entre el Rada y el Petro, donde los Zombies, no son el mito lejano de una película de terror, donde la corta vida de penurias se desvanece en la muerte eterna tranquila, se abre la mente y entiendes, que la vida y la muerte no son tan distantes, y que una no necesariamente es mejor que la otra, aquí.

En Haití lo muertos pesan y sobran, tiene ingerencia en el día a día y aparecen cuando se les llama, en las ceremonias o en el canto nocturno, los ancestros son activos protectores e interlocutores en un mundo donde la magia es realidad y suena como un tambor sordo en la noche de un baile iniciativo. En Haití las dicotomías por mas profundas que sean no impresionan, por eso los vivos pueden vivir al lado de los muertos, pueden ser católicos en el día y vuduista de noche, la congruencia, no es una exigencia cuando no sabes si mañana comes. Nadie sabe si los Zombies existen , pero todos han visto uno, nadie quiere que su familiar sea extraído de la tumba, ni su cráneo sea puerta de entrada para espíritus malignos en un ceremonia Vodu Petro, en esa lógica y por el bienestar eterno , las tumbas son grandes y seguras, con los pocos ahorros se compran lozas y se sellan, se colocan en la casa para protección mutua, o a la orilla del camino para que todos cuiden el lugar de los muertos y los muertos cuiden el pasar de los vivos, a la orilla de la plantación para evitar todo mal sobre el magro sustento que pueda entregar la tierra.

Caminas por senderos rojos y en la cima de una loma se ven cinco formaciones de piedra con forma de capillas y ningún símbolo detectable, son tumbas, un símbolo en si mismo, un amuleto para una vida dura. Entonces no extraña en la curva siguiente ver una choza con casi un mausoleo en el patio y un niño sentado en un borde cuidando sus cabritos, ver casas donde el jefe de familia guarda bajo techo el féretro de madera firme que ocupará, es la muerte viva, presente, no angustiante, inevitable, cercana. Otra forma de organizar lo metafísico, distinta a nuestros cementerios estructurados, conglomerados, institucionalizados, la casa de los muertos separada de la morada de los vivos. Otro contexto una vida en la muerte, la muerte durante la vida, la muerte llega y cobra presencia en el lugar cercano, una familia eterna.

Suerte en la montaña amigos
Bon Bagay

4 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA A TODOS
Mañana miércoles 17 de mayo se va a oficiar una misa en el canal 13 a las 12 del día, como parte del inicio de la campaña publicitaria de América Solidaria.
Están todos invitados!!!!!!!!
Es importante llevar gente.
Saludos!

America Solidaria en Nicaragua dijo...
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America Solidaria en Nicaragua dijo...

Muchachos y especialmente Lore:

Ah� en nuestro blog "sub�" el mail que nos hiciste llegar. Esperemos que este deseo de frutos lo antes posible y que nuestra futura doctora centroamericana le cambi� la cara a tantos destinos premeditados que lamentablemente hoy hay en el globo.

Un abrazo a todos,
Cualquier info al respecto nos avisas!

Juan Pablo
www.americasolidariaennicaragua.blogspot.com

Anónimo dijo...

ESPECTACULAR !! que nobleza de estos jovenes que podrian estar comodamente en sus casas sin mayores sacrificios que los propios de su edad y juventud, pero su opcion fue mucho mas alla.... ayudar a quien mas lo necesita en forma desintersada y absolutamente con una entrega especial.....
Voluntarios en Nicaragua, Haiti, Colombia y proximos en otros paises de nuestro querido paraiso AMERICA, una experiencia increible!!!
Gracias America Solidaria!!!
Un beso para todos, en especial para mis chicos Nicaragûenses....